1 jul 2014

Combustiones espontáneas

Se define la CHE (Combustión Humana Espontánea) como la supuesta incineración de una persona viva sin la presencia de una fuente exterior que origine el incendio. El fuego prende de repente desde el interior, y en poco tiempo, consume tejidos y vísceras a un ritmo constante aunque de gran intensidad. Los objetos cercanos a las llamas apenas quedan afectados, incluyendo algunos tan volátiles como cerillas, tela o papel. El fenómeno carboniza el cuerpo parcialmente. Mientras que las partes más afectadas se convierten en ceniza, el resto permanece casi inalterado, junto a las ropas y enseres personales que la víctima llevaba encima.
Ante los primeros estudios científicos, elaborados a partir del siglo XVII, un calculo estadístico estima que se producen una media anual de dos CHE en todo el planeta. La sintomatologia del fenómeno reune una serie de parámetros repetitivos:se originan de noche en lugares mal ventilados, protagonizados por personas con una considerable obesidad.
La CHE más reciente se dio en un niño de corta edad llamado Rahul, oriundo de Tamil (India). Durante el verano del 2013, sus padres lo llevaron varias veces al hospital alegando que el pequeño ardía de manera aleatoria. Pese a las lesiones, sus órganos internos funcionaban con normalidad.

Unos meses antes, el fenómeno se manifestó con toda su intensidad en Oklahoma. Varios testimonios afirmaron contemplar como ardía en su domicilio uno de sus vecinos. Desde las ventanas de su cocina distinguieron la silueta en llamas del afectado, consumiendose hasta fallecer. El incendio ni siquiera abrasó aquella habitación. Se recalcó que nada había en la cocina capaz de generar semejante incendio.
En 2011, la policía del condado de Gateway (Irlanda) encontró en su casa los restos humeantes de Michael Faherty, un funcionario retirado de 76 años. Las vísceras y el tronco se redujeron a cenizas, mientras que la cabeza y las extremidades permanecieron incólumes.
Existe un acalorado interés por averiguar que origina tal fenómeno. El biólogo e investigador independiente Brian J. Ford, gran conocedor de la cuestión destacó el papel que ejercían las reacciones bioquímicas del organismo en el proceso, capaces de generar una ignición. "El cuerpo humano produce sustancias inflamables que todavía no hemos estudiado debidamente. Pensamos también que alguna de ellas podría iniciar una combustión", señaló. Evidentemente aquí entro también la superstición. En sucesos como el de Laroya, es España (leer en el siguiente parágrafo), se recurrió a la ciencia para intentar explicar los fuegos que durante días afectaron a la comarca, pero también a la supuesta maldición lanzada por un hereje condenado a morir en la hoguera siglos atrás por la Inquisición. 
Posiblemente el episodio más conocido de CHE en España sea la casuística que tuvo lugar en la localidad de Laroya en el verano de 1945. Viviendas y enseres personales ardían sin motivo, mientras una niña llamada María Martínez sufría en carne propia el efecto de las llamas sobre sus ropas. En conjunto se registraron unos 400 incendios, incluytendo el abrigo de un mando de la Guardia Civil, bastante escéptico con lo sucedido. La muchacha antes mencionada acabó suicidándose desesperada  tras padecer nuevos episodios de CHE, al igual que sus hermanos.




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